domingo, 23 de diciembre de 2018


Creatividad al poder:




Pasa una divertida tarde creativa con estas tarjetas navideñas para hacer con niños. Cada una es diferente y podéis hacer tantas como vuestra imaginación os dicte. 

Materiales

  • Cartulina blanca
  • Tijeras
  • Pegamento
  • Pinceles
  • Acuarelas o témperas
  • Lápices con borrador
  • Cartulina verde

Pasos 

  1. Para hacer el árbol de Navidad, dibuja sobre una cartulina blanca plegada en forma de díptico un abeto y deja que los niños coloreen con acuarela o témpera.
  2.  Una vez que esté seca la pintura decorar con pequeños círculos de color a modo de bolas. Para hacerlas necesitas unas cajitas de tinta de colores para sellos y un lápiz con borrador en un extremo.
  3. Recorta cajas de regalos de folletos o revistas y pegarlas a los pies del abeto.
  4. Para hacer el muñeco utiliza una cartulina oscura y coloca sobre ella dos objetos redondos que nos permitan pintar su interior de blanco para hacer un muñeco de nieve.
  5. Con cartulina roja y negra haremos el gorro y los guantes que hay que pegar junto al muñeco una vez la pintura esté seca.
  6.  Para los botones utiliza las gomas de los lápices como si fueran sellos.
  7. Utiliza la goma de borrar para hacer la corona con pequeños círculos.
  8. Decora con un lazo y unas hojas con forma de acebo hechas con cartulina verde.

Adornos de Navidad de Adviento


Da a tu casa un toque navideño con unos calendarios de Adviento casero hechos con bolas que forman una decorativa guirnalda. 

Materiales:

  • 24 bolas de plástico con apertura en el centro
  • Pintura en aerosol de diferentes colores (opcional)
  • Ganchos para bolas de Navidad
  • Pegamento caliente
  • Números adhesivos
  • Cuerda o lana

Pasos:

  1. En caso de que todas tus bolas sean del mismo color te proponemos pintarlas con aerosol. En este caso lo mejor es abrirlas por la mitad y rociar con la pintura.
  2. Una vez secas rellena las bolas con pequeños regalos.
  3. Pega con silicona caliente el gancho para bolas de Navidad.
  4. Para finalizar, pon un número adhesivo en cada una de ellas.
  5. Cuelga las bolas, dividida en semanas, de una cuerdecita o hilo con el que soportar tu calendario de Adviento a la pared.



Soporte de cocina: 

Muchos amantes de la cocina siguen las recetas a través de dispositivos electrónicos. Sin embargo tener una tableta rodeada de agua, cuchillos y fuego no siempre es seguro. Lo mejor es crear un soporte para apoyar la tableta o el smartphone. Necesitas una tabla de madera, dos cuñas triangulares y un bastidor como soporte. Lo único que tendrás que hacer es pegar las dos cuñas a la parte trasera de la tabla para que cuando la pongamos en posición vertical no se caiga. El bastidor fíjalo en la parte inferior para que actúe de soporte para la tableta. Además, si pintas parte de la tabla con pintura de pizarra te servirá como tablón para anotar lo que falte en la cocina. 



Abeto de té


Si tienes familiares o amigos que son unos apasionados del té estos regalos de Navidad originales les sorprenderán. Para hacerlo necesitas un cono de gomaespuma al que tienes que hacer una hendidura en la parte inferior para colocar una cajita pequeña (da igual que sea redonda o cuadrada) llena de arroz o legumbres para dar peso y consistencia a la manualidad. Solo queda que elijas las bolsitas de té preferidas de la persona destinataria del regalo y que empieces a pegarlas alrededor de tu árbol. Comienza por la base y complétalo hasta llegar a la parte superior que puedes decorar con una estrella de Navidad.




Adorno de árbol de Navidad oloroso


Pasos:

  1. Corta la cintas de colores de diferentes tamaños para poder formar un triángulo en el que las más largas estén en la base y las más pequeñas en la parte superior.
  2. Junta un par de palitos de canela y comienza a atar las cintas de abajo a arriba siguiendo el orden de medidas.
  3. Por último anuda un cordel a la parte superior para poder colgar tu adorno. También puedes dejar una cinta más larga en la parte central del abeto para que sirva como decoración para las servilletas de la mesa de Navidad.

Materiales:

  • Cintas de colores
  • Palitos de canela
  • Tijeras
  • Un cordel




DETEN LA RABIETA

Formas eficaces de detener una rabieta

Y de mejorar el comportamiento de tu hijo

Formas eficaces de detener una rabieta

Las rabietas suelen ser más habituales cuando los niños tienen entre 2 y 4 años, pero si no se tratan bien pueden durar toda la vida (sí, siendo adultos también pueden haber rabietas). Las rabietas suelen ser una forma de expresar un deseo frustrado y que no se sabe expresar de otro modo. Una rabieta infantil es normal, pero cuando una rabieta sucede cuando los niños son más mayores o incluso en adultos, es porque no existe un buen entendimiento interno de las emociones y sobre todo, faltan estrategias de comunicación y asertividad.
Todo esto se aprende en la primera infancia y es deber de los padres encontrar formas eficaces de detener una rabieta para que el niño entienda que con ese comportamiento no puede manejar a los padres, y lo más importante: con las rabietas no se consiguen los propósitos. La única manera de conseguir las cosas es con constancia, autocontrol y buena comunicación con los demás. Pero es necesario recordar que todos los niños tienen rabietas, y además… tienen derecho a tenerlas porque es la única forma que tienen de comunicarse. Pero somos los adultos los que debemos ayudarles a entender sus emociones, a prevenirlas o a detenerlas siempre que sea necesario, pero, cómo conseguirlo?

Ignorar la conducta, pero con matices

Cuidado con no hacer caso a una rabieta, porque debes tener claros algunos matices. No hacer caso a una rabieta está bien siempre y cuando se pueda hablar sobre qué ha ocurrido y sobre los sentimientos que ha tenido el pequeño en ese momento. Puedes continuar haciendo lo que estés haciendo sin perderle de vista, pero que no vea que les estás prestando atención a la rabieta (porque estarías reforzando negativamente el comportamiento). Cuando los pequeños se dan cuenta que no estás interesado en ese comportamiento se portará de la forma correcta y será entonces cuando deberás elogiar esa conducta (reforzando de forma positiva para que se vuelva a repetir esta conducta y no la otra), y después deberás hablar sobre el primer comportamiento únicamente con la intención de entender sus emociones. Tu hijo deberá entender que la buena conducta es sinónimo de elogios y atención positiva por tu parte.

Haz que se fije en otras cosas

Si empiezas a darte cuenta que una rabieta está cerca (los padres lo podemos sentir pefectamente), no dejes que ocurra. Desvía la atención de tu hijo a otra cosa que le interese y que le haga olvidar lo que le puede causar el enfado. Por ejemplo en casa puedes desviar la atención con su libro favorito, y en la calle con un avión que está pasando, un coche u otro tema de conversación.
rabieta infantil

Darle alternativas para que tenga control en sus decisiones

Los niños necesitan sentir que sienten control y que su autonomía es real, en muchas ocasiones las rabietas tienen que ver porque sienten que no tienen el control y que se le impone algo. Lo mejor es darles opciones a los niños entre cosas (que previamente han sido elegidas por el adulto), para que pueda elegir lo que más le gusta. Por ejemplo, puedes tener una guerra todas las mañanas porque tu hijo no quiere ponerse un jersey verde, pero si le dices que elija entre el azul y el verde, escogerá el que más le guste en ese momento y no habrá peleas ni rabietas de ningún tipo.

Calma y consecuencias ante las rabietas

Es importante (ante todo) mantener la calma ante una rabieta porque los niños siempre sienten el estado de ánimo de los padres. Si estás estresado o enfadado por el comportamiento de tu hijo, la situación empeorará enormemente. Si te sientes con estrés deberás alejarte de la situación, oblígate a sonreír, respira profundamente y con calma… y después habla con tu hijo.
Si tu hijo tiene edad suficiente para entender las consecuencias de una acción, entonces deberás acordar consecuencias por sus acciones negativas y llevarlas a cabo. Por ejemplo, si estás con tu hijo en el parque y se comporta mal, dale las instrucciones para comportarse bien, si no las sigue, le dices que os marcharéis a casa y si no cambia su actitud deberás cumplir y marcharos a casa. Si dices que habrá una consecuencia y después no la cumples, tu hijo no te tomará en serio.

EN LUCHA CONTAR EL COMPORTAMIENTO

Por qué los padres luchan contra el mal comportamiento de los hijos

Por qué los padres luchan contra el mal comportamiento de los hijos

Un mal comportamiento de los hijos nunca es bien aceptado por ningún padre y por eso luchan contra eso, creando en muchas ocasiones luchas de poder innecesarias que sólo alejan emocionalmente a los padres e hijos. Las luchas de cualquier tipo pueden dañar gravemente el vínculo entre dos personas que se quieren y mucho más cuando se trata entre padres e hijos.

La lucha nunca es la solución y menos cuando se trata del mal comportamiento de los hijos. Los niños no necesitan castigos, ni gritos, ni tampoco que los padres luchen contra ellos porque no se comportan cómo deberían, pero, ¿cómo deben comportarse exactamente si los padres en lugar de guiar y enseñar desde el respeto luchan y se ponen en actitud defensiva contra sus propios hijos?
Este comportamiento lo consigue la sociedad y el miedo de los padres a ser juzgado por los demás. Si quieres ser un buen padre debes olvidarte de todo eso y empezar a pensar en cómo puedes educar a tus hijos para que puedan desarrollarse emocionalmente de forma correcta y que te tengan como apoyo, guía y sobre todo, como un pilar emocional que les ayude a estar bien y a aprender cómo deben comportarse. Pero, ¿por qué hay tantos padres que luchan contra el mal comportamiento de sus hijos en lugar de guiarles por el buen camino desde el respeto y el cariño de un padre?

Por culpa de la presión social

La presión de la sociedad puede ser una causa que hace que los padres luchen contra sus hijos cuando tienen un mal comportamiento. Debemos ser realistas, nuestra sociedad no sabe entender cuándo un padre debe educar a los niños y en muchas ocasiones quieren resultados inmediatos. Si un niño tiene un rabieta en mitad de un centro comercial y se pone a gritar, el padre no puede callarse en dos segundos sólo para no molestar a los demás, es imposible… necesita educarlo para que en el futuro no se repita y para ello, deberá reconducir su conducta desde el cariño.
Pero no sólo ocurre cuando son niños pequeños, cuando los adolescentes son adultos también se pueden sentir presionado. ¿Qué pasa si un hijo quiere estudiar danza pero el padre (y todos los de su alrededor) piensan que no es el camino correcto? Lo más probable es que luchen contra los intereses del adolescente, siendo injusto y nada aconsejable para el desarrollo del chico, que necesita el apoyo de sus padres sin importar lo que la sociedad pueda pensar.
Apoyar a los hijos

Para ganar la guerra

Los padres deben saber escoger sus batallas y es que en ocasiones no es necesario tener que luchar en absoluto con los hijos, ellos no necesitan eso… necesitan que sus padres caminen a su lado todo el tiempo, no que vayan de frente hacia ellos. Hay padres que a veces se encuentran ante una dispuesta con sus hijos y sin darse cuenta entran en una guerra de voluntades que parezca que necesiten ganar a toda costa. No es algo que se haga conscientemente, pero piensan que si ceden estarán dándole el control a los hijos… esto no es así.
No se necesita tener ese control en el comportamiento de los hijos, ¿quién gana en este tipo de batalla? ¿Quién sale perjudicado? El único que puede tener control sobre el comportamiento de tu hijo… ¡es tu hijo! Sólo debes darle las estrategias adecuadas para que sea él quien decida qué es lo mejor que debe hacer en cada momento, sin presiones… sin batallas.

Por miedo

Sí, el miedo también puede ser una causa. Muchos padres se sienten aterrorizados de lo que puede ocurrir si no controlan a los hijos, ¿y si van por el camino equivocado? ¿Qué pasará? ¿Sufrirá algún daño? El dolor que sienten los padres es demasiado grande sólo con estos pensamientos y deciden ser algo egoístas, no sufrir ellos y controlar la vida de sus hijos. Pero la realidad es que los hijos necesitan aprender lecciones de vida y que los padres estén a su lado para enseñarles cuál es el camino correcto.

PELEAS ENTRE NIÑOS,BUSCANDO SOLUCION

Cómo solucionar las peleas entre niños

Enseña a tus hijos habilidades de resolución de conflictos

Peleas entre niños

Los niños luchan entre sí por muchas razones, padres y educadores a menudo tienen la difícil tarea de saber cuándo dejar que siga el curso y cuándo intervenir para tomar medidas. Los niños, especialmente los hermanos, pueden luchar y pelearse por las razones más tontas que pueda haber, esas razones que para ti son totalmente ilógicas pero que para ellos es todo un mundo y una catástrofe.
Pero estas peleas o luchas entre niños son toda una oportunidad para potenciar su vínculo siempre y cuando se trabajen bien y teniendo en cuenta algunos valores. Tener desacuerdos es una parte importante del desarrollo del niño -igual que pasa con los adultos-, pero hay cosas que los padres y los educadores pueden hacer para ayudar a minimizar el problema y evitar que los niños sigan peleándose o luchando.

Ignora las peleas entre niños

Me refiero a que ignores aquellas que son poco importantes o que no les está causando malestar. La mayoría de peleas entre niños sólo es algo molesto y la intervención del adulto sólo retrasa el proceso de que los niños trabajen por ellos mismos algunas habilidades sociales. Las peleas también pueden ser una forma en la que los niños reciben atención y para algunos niños, la atención negativa es mejor atención que no recibir ninguna.
Si los adultos ignoran las peleas y no dejan que se conviertan en un punto de mira en el hogar o en cualquier otro lugar, tendrán una razón menos para hacerlo. Una estrategia es tener un lugar para discutir o pelear en el hogar, y cuando se comience a hacerlo ir a éste lugar hasta que se encuentre una solución -y enseñarles a buscarla anteriormente-.
Solucionar peleas entre niños

La igualdad es una necesidad

La trampa más rápida en la que puede entrar un adulto es intentar investigar quién empezó la pelea o quién fue el culpable de empezar el problema. Buscar el culpable no es la solución, no hay que tomar partido por ninguna de las dos partes. Tomar partido por un bando u otro o que el castigo sea diferente es etiquetar de agresor y de víctima a los niños. En la mayoría de los casos, las consecuencias por lo ocurrido deberá ser la misma para ambas partes sin excepciones. No hay que mostrar a los niños que en una pelea entre ellos se gana o se pierde. Ambos recibirán las mismas consecuencias.

Enseñar habilidades para resolver conflictos

Incluso los niños muy pequeños pueden comprender los problemas más básicos de equidad y sin peleas. Hablar con los niños acerca de las discusiones o de las peleas es una de las formas en las que los problemas se pueden resolver. Es importante establecer siempre reglas básicas de lo que se puede hacer y no se puede hacer para resolver un problema. Por ejemplo, no se puede gritar o golpear pero sí se puede hablar y mostrar los sentimientos de forma asertiva.
Se les puede pedir a los niños que ante un problema sean capaces de ir al adulto con ideas para poder solucionar el conflicto. Te podrías sorprender de las soluciones que los niños pueden darte, ellos saben qué es lo que funciona mejor para ellos y te lo harán saber, siempre que tengan las estrategias para conseguirlo.

Proporciona un refuerzo positivo

La alabanza y los elogios harán maravillas para ayudar a construir comportamientos positivos en los niños. El punto clave es hacer caso omiso de la lucha o la pelea y después, establecer una atención pródiga cuando les estás enseñando a actuar correctamente. Los niños entenderán rápidamente qué deben hacer y el refuerzo positivo ante su buena conducta les condicionará para poder repetir el buen comportamiento en el futuro.
Y recuerda algunos puntos importantes:
  • Sé su mejor ejemplo
  • Sé calma
  • Piensa en tu forma de intervenir
  • Evita las situaciones que puedan generar conflicto y proporciona más situaciones de unión

TRATAR A UN NIÑO ENFADADO

Cómo tratar con un niño enfadado

Un niño enfadado debe aprender a regular sus emociones con tu ayuda

Cómo tratar con un niño enfadado

Todos nos enfadamos alguna vez, incluso a los adultos más equilibrados les cuesta de vez en cuando controlar el enojo. El enfado, el enojo, la ira… todo son sinónimos para una emoción difícil de controlar pero que es muy importante hacerlo para el día a día de las personas, de cualquier edad. ¿Alguna vez tu hijo o algún niño que conozcas se ha enfado y no has sabido cómo actuar? El comportamiento que el adulto tenga ante el enfado de un niño es decisivo para el comportamiento futuro del pequeño. Un niño enfadado debe aprender a saber qué le ocurre y a cómo controlar ese estado que le desequilibra.
Los niños pequeños no tienen la capacidad para expresar sus emociones de una forma correcta, es decir, de una forma en la que ellos puedan sentirse equilibrados sin que su reacción afecte negativamente a su entorno más cercano. Pero los padres deben enseñar y ayudar a un niño enfadado a tener las habilidades necesarias para poder canalizar esta emoción de forma acertada. Un niño irascible es posible que no pueda hacer mucho daño, pero si no se maneja a edades tempranas, ese niño crecerá y cuando sea más mayor pueden causarse daños a sí mismo  e incluso a otros si no saben manejar bien la rabia y la ira que sienten dentro de sí mismo.

Los niños aprenden por imitación

Cuando los niños son pequeños aprenden el comportamiento a través del ejemplo de los padres, se basan en la imitación y en la observación para poder adquirir los diferentes hábitos de conducta y para aprender las habilidades para el desarrollo de su vida. Por este motivo resulta crucial que los padres tengan en cuenta su comportamiento y sus hábitos ante la vida para que sus hijos puedan tener ante ellos un buen ejemplo.
Los niños pueden aprender los buenos hábitos mediante la imitación, pero también pueden aprender los malos hábitos. En este sentido, los niños aprenderán del comportamiento de los padres y de la forma que tienen de reaccionar ante el estrés, la tensión o la decepción en diferentes situaciones, como cuando un niño se enfada. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de reaccionar cuando un niño está enfadado?
Un niño enfadado debe aprender a regular sus emociones con tu ayuda

Prevención del comportamiento

  • Prevenir que tenga hambre o sueño. Deberás evitar las situaciones en las que sepas que se puede acumular tensión y frustración en un niño pequeño. Por ejemplo, deberás evitar realizar alguna actividad cuando tu hijo está demasiado cansado o si tiene hambre.
  • No hagas caso de las rabietas o irritaciones. Es mejor que te centres en elogiar el buen comportamiento en lugar de centrarte en qué hace un niño enfadado.
  • Ayuda a que se calme. Los niños no saben calmarse solos por lo que deberás ayudarle a hacerlo y que así aprenda para que a medida que crezca sea consciente de sus emociones. Puedes ayudarle con juegos que impliquen movimientos de manos como jugar con la arena o jugar con moldes.
  • Habla con tu hijo acerca de las emociones. No le critiques ni te enfades porque él esté enojado, no le preguntes por qué lo está, sólo busca qué es lo ocurre y sugiere una forma positiva de hacer frente a la situación que causa disgusto al pequeño.

El enfado nos puede indicar el camino

Debes recordar que tú eres su mejor ejemplo y que si quieres que tu hijo no aprenda a actuar con ira o agresividad cuando está actuando como un niño enfadado deberás mostrarle formas de controlar esa emoción que le hace estallar. Estar enfadado no es malo, sólo es una forma de hacernos ver que hay algo a nuestro alrededor o en nuestro interior que no nos hace bien y que debemos cambiar para poder restablecer el equilibrio interno.
Si tu hijo es más mayor puedes animarle a que escriba en un diario, muéstrale que tú también lo haces y que te ayuda a canalizar tus emociones (si no lo haces, siempre es un buen momento para empezar a hacerlo, tú también lo agradecerás). Las actividades físicas también son una buena opción para enseñar disciplina y control del enfado y de la agresividad.

DESARROLLANDO LA MORAL

Cómo ayudar al desarrollo moral de tu hijo

Y que se convierta en un adulto de éxito.

Cómo ayudar al desarrollo moral de tu hijo

Los valores son algo imprescindible en nuestra sociedad y que todos sabemos que sin ellos una comunidad no puede vivir en armonía. Pero en ocasiones parece que los valores se olvidan de practicarlos o de enseñarlos, quizá por el estrés diario, quizá porque los padres van tan agobiados que se olvidan de enseñarlos y creen que los pequeños los tienen de forma innata. Nada más lejos de la realidad, los niños necesitan observar a sus padres y ver un buen ejemplo en ellos y además necesitarán que los padres les ayuden a su desarrollo moral.
Los adultos que rodean a los niños tienen un papel imprescindible para el desarrollo moral ya que de ellos dependen que los pequeños aprendan la empatía y la ética y que además, tengan un efecto a largo plazo en la vida de los hijos. Los niños necesitan herramientas para poder aprender responsabilidad en sus acciones y que puedan aprender a comportarse en armonía en sociedad.

El desarrollo moral afectará a su forma de ver el mundo

El desarrollo moral afectará a los niños y a su forma de ver el mundo y en cómo se comportarán con los adultos y con sus iguales. Es posible que te parezca imposible explicarle a un niño pequeño lo que significa ser honesto o compasivo, pero tú puedes demostrarle cómo las buenas costumbres afectan a los demás y en cómo el propio comportamiento e incluso pensamiento pueden tener una gran influencia sobre ellos. Es necesario que como padre ayudes a desarrollar la moral de tus hijos y así poder convertirlos en adultos exitosos en nuestra sociedad. Pero, ¿cómo hacerlo?

¿Qué valores son más importantes para ti?

No todas las personas tienen la misma definición de moralidad pero es importante que lo tengas claro para que tus hijos puedan percibir lo que es realmente correcto de lo que no lo es. Es posible que tengas muy claro que quieres que tu hijo sea compasivo, honesto, amable, respetuoso, responsable, humilde, generoso… pero para los niños entender todos estos conceptos es algo complicado. Es necesario que actúes en el día a día sabiendo qué valores son más importantes para que tu hijo se desarrolle con éxito y se convierta en un buen adulto. Y por supuesto, deberás ser un excelente ejemplo.
desarrollo moral

Inculcar reglas como oportunidades

Las reglas y las normas en un hogar no tienen que ser únicamente sanciones o castigos. Las normas y las reglas deben ser oportunidades de aprendizaje de los niños en cuanto a los valores importantes se refiere. Es necesario que expliques a tus hijos qué hay detrás de las reglas para que puedan entender por qué se deben respetar – cómo no mentir, ni robar, ni pegar a los hermanos, etc-.

Las consecuencias enseñan moral

Es necesario que también expliques a los pequeños qué ocurre si se rompe una regla (las consecuencias). Es necesario que los niños sientan las reglas como oportunidades de aprendizaje y tú deberás verlas cómo oportunidades para enseñar a tus hijos lecciones acerca de la moral. Si tu hijo muestra un comportamiento inaceptable, deberás explicarle con calma y cariño por qué su comportamiento es incorrecto. Por ejemplo, si tu hijo estira del pelo de su hermano, tendrás que hablar sobre los sentimientos de su hermano y del dolor que le está causando. Además, las consecuencias naturales también son buenas en ayudar a los niños a entender que sus acciones siempre tendrán consecuencias buenas o negativas.

Utiliza los elogios como refuerzo positivo

También es importante que uses los elogios con tus hijos para que entiendan que es importante que el buen comportamiento es el correcto. Los niños deben tomar decisiones todos los días a todas horas y el refuerzo positivo hará que entiendan que es lo que deben hacer. Por ejemplo si le dice a tu hijo: “Estoy muy contenta porque has compartido tus juguetes con el vecino y habéis jugado los dos” o quizá: “Gracias por ayudarme a limpiar la casa, entre los dos ha sido más fácil y rápido”. Los elogios dependerá de la edad de tu hijo, pero independientemente de la edad que tenga siempre le recordará que su buen comportamiento se valora y esto le hará sentir bien y repetirá estas acciones.

PELIGRO DE ETIQUETAR ANUESTROS HIJOS

El peligro de etiquetar a los niños

Y las profecías auto-cumplidas

El peligro de etiquetar a los niños

Muchos padres y adultos tienden a etiquetar a los niños pensando que esto no les perjudica o que incluso llamándoles, “pesado”, “lento”, “tonto”, “despistado”, “malo”, “tímido”… podrán mejorar comportamientos que a los adultos nos les parecen correctas, pero la realidad que con estas etiquetas sólo se consigue que los pequeños crean que realmente son así y que su autoestima se vea gravemente perjudicada.
Muchos adultos etiquetan a los niños porque se sienten incómodos con el comportamiento o actitudes de los pequeños. Cuando las etiquetas son positivas y realzamos aspectos positivos de una persona “es un líder”, “es buen observador” o “es muy tenaz”, es mucho mejor para el buen desarrollo de los niños que decir cosas como: “es un listillo”, “es un pesado” o “es un cabezón”, ¿no crees? Pero hay que tener cuidado con lo que se dice a un niño, porque ellos se convertirán en lo que se dice que son. Si quieres que tu hijo sea brillante deberás decirle que lo es, en cambio si quieres que no se comporte de mala manera, pero le dices: “eres un niño malo”, ¿qué crees que puede estar entendiendo?

Las etiquetas son profecías autocumplidas

Las etiquetas no surgen siempre pero cuando se etiquetan en función del comportamiento de los niños o de los comentarios de los demás, ellos pueden pensar que son así realmente. Por ejemplo, si un niño recibe de su maestro que es malo en matemáticas después de una calificación baja, él pensará que no merece la pena esforzarse si es malo en algo… cuando en realidad lo que necesita es motivación y paciencia para entenderlo.
Los adultos deben tener mucho cuidado con las etiquetas que dicen a los niños porque pueden condicionarles su carácter y personalidad y que ellos mismos se sientan incapaces en algo sólo por lo que los demás le han hecho creer que son.

Sin etiquetas negativas mejor

Un niño que se comporta mal, no es un niño malo, es un niño que necesita atención para saber el por qué de su comportamiento, quizá tenga algún problema emocional que deba solucionar. Un niño al que le gusta estar solo no tiene que ser raro, simplemente puede ser introvertido y le gusta disfrutar de la soledad. Si una niña quiere conseguir las cosas por sí misma sin ayuda no tiene que ser cabezona, puede ser simplemente tenaz… y así podría seguir con mil ejemplos más.
Etiquetar a nuestros hijos
Las etiquetas negativas pueden condicionar a los niños, pero tanto las negativas como las positivas. Aun niño que le cuestan las matemáticas, él sabe que le cuesta y no le puedes decir que es brillante en las matemáticas (etiqueta positiva) sólo porque quieras que lo sea, él sabe que no es así, estarías haciendo una etiqueta equivocada. Pero sí necesitará motivación y puede darse cuenta que es capaz, que tiene fuerza de voluntad y que tiene una capacidad intelectual brillante para poder entender las matemáticas si realmente quiere hacerlo.
Hay profesionales que dirán que etiquetar en ocasiones es una necesidad para poder recibir el tratamiento adecuado, pero no debemos mezclar un diagnóstico con una etiqueta. Son dos cosas diferentes. No se deben etiquetar las características individuales o las habilidades de una persona.

El peligro de las etiquetas

Cuando se etiquetan a los niños estás reduciendo toda su persona a una o dos palabras y por esto nunca serán una buena opción. Las etiquetas tienen consecuencias y peligros:
  • Ponen en relieve las características negativas de un niño y el niño se cree que es así realmente.
  • Las etiquetas no ayudan a que los niños cambien y crezcan. Si un niño es etiquetado como “el payaso de la clase” o “el mejor atleta” siempre sentirá que es así.
  • Las etiquetas no ayudan a solucionar los problemas que puedan haber. 
  • Una etiqueta puede estar equivocada y ser cruel.
  • Una etiqueta no tiene en cuenta las cosas que son realmente importantes. Por ejemplo si un niño suspende se dice que es “vago”, “tonto”, “poco inteligente”… pero no se tiene en cuenta la motivación, la determinación, la capacidad en otras áreas, el interés individual de cada niño, etc.
Las etiquetas son muy poderosas y los niños responden a las expectativas que los adultos depositan en ellos. Si los adultos esperan que lo hagan bien y se confía en ellos, lo hacen. Si no se confía en los niños y no esperan realmente que lo hagan bien, no lo hacen. Es necesario que los adultos sean cautelosos con el uso de las etiquetas, hay que usarlas con moderación, conocimiento… ¡y mucho cuidado!

PARTICIPACION DE PADRES EN LA ESCUELA


La importancia de la participación de los padres en la escuela

La importancia de la participación de los padres en la escuela

Puede ocurrir que existan padres que piensen que las escuelas son las encargadas exclusivas de poder educar a los hijos y de que aprendan los conocimientos necesarios para poder desarrollarse y convertirse en un adulto eficaz y exitoso. Pero esto no es así y muchos padres se sorprenden al descubrir que realmente esto no es así, ni deberá serlo nunca. ¿Te sientes sorprendido/a? Sigue leyendo para poder entenderlo mejor.
Los niños pasan gran parte de sus días en la escuela, realmente están casi todo el día en los centros educativos. La sociedad se ha compuesto así, los padres salen a trabajar cada mañana y los niños tienen que ir a la escuela para poder aprender lo necesario en nuestra sociedad. A veces los padres trabajan más horas o en horarios diferentes a los de la escuela y apenas pueden ver a sus hijos durante el día, pero esto no les exime de sus responsabilidades como padres que va más allá de vestir, alimentar y dar cobijo a los niños. Los padres deben ser los mentores, los guías, el apoyo emocional y quienes les enseñen a los pequeños sobre emociones y sentimientos… esto no se aprende en la escuela.

El papel de la escuela

No pretendo aburrirte sobre qué papel tiene la escuela en la vida de tu hijo, porque si tus hijos van a la escuela ya debes saberlo. Pero quiero decirte qué papel no juega. Sencillamente un centro educativo está compuesto por profesionales que velarán para que tu hijo aprenda unos conocimientos necesarios sobre nuestra sociedad. De este modo podrá desarrollar unas formas de aprendizaje y de estudio necesarios para poder aprender lo conocimientos básicos. Hay maestros que sí se encargan de que los niños aprendan valores, ética e incluso inteligencia emocional… pero si todo esto no se refuerza en casa, todo quedará entre las cuatro paredes de un aula. Las escuelas enseñan, pero no educan, la educación se realiza en casa.
El papel de los padres en la escuela

El papel de los padres en la escuela

El papel de los padres en la vida de un niño debe ser basada en el respeto, el amor, el cariño, las oportunidades, el apoyo emocional y sobre todo el enseñar a los niños que son capaces de conseguir lo que quieran y deseen. Pero para que todo esto sea así, los padres deben demostrar a los niños que les importa todo lo que le ocurre las 24 horas del día, y eso por supuesto tiene que ver con la escuela. Los padres deberán participar en la escuela, en las actividades, mantener un contacto positivo con los profesionales del centro, hablar bien de ellos delante del niño, hacer un seguimiento de sus actividades y de las notas, hablar mensualmente con los profesores, etc.

Los resultados positivos de la participación de los padres

La participación de los padres en la escuela conducirá a resultados positivos en los estudiantes. Mejorarán las evaluaciones, mejorará la asistencia y el comportamiento. Nunca es demasiado tarde para involucrarse en la educación de tu hijo, y no me refiero sólo en la escuela. Cuanto más trabajas con tu hijo las actividades de aprendizaje académico y emocional en casa, será mucho más probable que los niños desarrollen una buena actitud ante el aprendizaje y una buena autoestima gracias al logro y al aprendizaje de los errores (que siempre deben ser recibidos como oportunidades de aprendizaje).

Trabajo colaborativo entre padres, docentes y alumnos

El trabajo colaborativo tiene que ver con la conexión que debe existir entre padres-escuela-niño. Es decir, tanto los padres, como los maestros y el centro educativo deben estar en una comunicación constante y fluida para el bien de los niños y para su desarrollo académico adecuado. Si bien es cierto que el desarrollo académico es importante para nuestra sociedad, para que éste se pueda dar es absolutamente necesario que los niños tengan un buen desarrollo emocional, sin éste, será imposible que los niños se sientan capaces. Con el trabajo colaborativo el niño verá la importancia que tiene su esfuerzo y cómo profesores y padres velan por su bienestar.

Creatividad al poder: Pasa una divertida tarde creativa con estas tarjetas navideñas para hacer con niños. Cada una es diferente...