Por qué los padres luchan contra el mal comportamiento de los hijos
Un mal comportamiento de los hijos nunca es bien aceptado por ningún padre y por eso luchan contra eso, creando en muchas ocasiones luchas de poder innecesarias que sólo alejan emocionalmente a los padres e hijos. Las luchas de cualquier tipo pueden dañar gravemente el vínculo entre dos personas que se quieren y mucho más cuando se trata entre padres e hijos.
La lucha nunca es la solución y menos cuando se trata del mal comportamiento de los hijos. Los niños no necesitan castigos, ni gritos, ni tampoco que los padres luchen contra ellos porque no se comportan cómo deberían, pero, ¿cómo deben comportarse exactamente si los padres en lugar de guiar y enseñar desde el respeto luchan y se ponen en actitud defensiva contra sus propios hijos?
Este comportamiento lo consigue la sociedad y el miedo de los padres a ser juzgado por los demás. Si quieres ser un buen padre debes olvidarte de todo eso y empezar a pensar en cómo puedes educar a tus hijos para que puedan desarrollarse emocionalmente de forma correcta y que te tengan como apoyo, guía y sobre todo, como un pilar emocional que les ayude a estar bien y a aprender cómo deben comportarse. Pero, ¿por qué hay tantos padres que luchan contra el mal comportamiento de sus hijos en lugar de guiarles por el buen camino desde el respeto y el cariño de un padre?
Pero no sólo ocurre cuando son niños pequeños, cuando los adolescentes son adultos también se pueden sentir presionado. ¿Qué pasa si un hijo quiere estudiar danza pero el padre (y todos los de su alrededor) piensan que no es el camino correcto? Lo más probable es que luchen contra los intereses del adolescente, siendo injusto y nada aconsejable para el desarrollo del chico, que necesita el apoyo de sus padres sin importar lo que la sociedad pueda pensar.
No se necesita tener ese control en el comportamiento de los hijos, ¿quién gana en este tipo de batalla? ¿Quién sale perjudicado? El único que puede tener control sobre el comportamiento de tu hijo… ¡es tu hijo! Sólo debes darle las estrategias adecuadas para que sea él quien decida qué es lo mejor que debe hacer en cada momento, sin presiones… sin batallas.
Este comportamiento lo consigue la sociedad y el miedo de los padres a ser juzgado por los demás. Si quieres ser un buen padre debes olvidarte de todo eso y empezar a pensar en cómo puedes educar a tus hijos para que puedan desarrollarse emocionalmente de forma correcta y que te tengan como apoyo, guía y sobre todo, como un pilar emocional que les ayude a estar bien y a aprender cómo deben comportarse. Pero, ¿por qué hay tantos padres que luchan contra el mal comportamiento de sus hijos en lugar de guiarles por el buen camino desde el respeto y el cariño de un padre?
Por culpa de la presión social
La presión de la sociedad puede ser una causa que hace que los padres luchen contra sus hijos cuando tienen un mal comportamiento. Debemos ser realistas, nuestra sociedad no sabe entender cuándo un padre debe educar a los niños y en muchas ocasiones quieren resultados inmediatos. Si un niño tiene un rabieta en mitad de un centro comercial y se pone a gritar, el padre no puede callarse en dos segundos sólo para no molestar a los demás, es imposible… necesita educarlo para que en el futuro no se repita y para ello, deberá reconducir su conducta desde el cariño.Pero no sólo ocurre cuando son niños pequeños, cuando los adolescentes son adultos también se pueden sentir presionado. ¿Qué pasa si un hijo quiere estudiar danza pero el padre (y todos los de su alrededor) piensan que no es el camino correcto? Lo más probable es que luchen contra los intereses del adolescente, siendo injusto y nada aconsejable para el desarrollo del chico, que necesita el apoyo de sus padres sin importar lo que la sociedad pueda pensar.
Para ganar la guerra
Los padres deben saber escoger sus batallas y es que en ocasiones no es necesario tener que luchar en absoluto con los hijos, ellos no necesitan eso… necesitan que sus padres caminen a su lado todo el tiempo, no que vayan de frente hacia ellos. Hay padres que a veces se encuentran ante una dispuesta con sus hijos y sin darse cuenta entran en una guerra de voluntades que parezca que necesiten ganar a toda costa. No es algo que se haga conscientemente, pero piensan que si ceden estarán dándole el control a los hijos… esto no es así.No se necesita tener ese control en el comportamiento de los hijos, ¿quién gana en este tipo de batalla? ¿Quién sale perjudicado? El único que puede tener control sobre el comportamiento de tu hijo… ¡es tu hijo! Sólo debes darle las estrategias adecuadas para que sea él quien decida qué es lo mejor que debe hacer en cada momento, sin presiones… sin batallas.
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